jueves, 25 de octubre de 2029

Lunes 07 de Octubre de 2013


Día cansadísimo. Salí de trabajar, compre el pan y fui corriendo a casa, a ver si mama y tu habíais pasado una buena noche. Cuando entre, escuche a mama, que me daba los buenos días, y me sorprendió, porque una cosa es que me escuche, pero estaba despierta. Cuando me acerque, estaba con los ojos de par en par, y dándose masajes en la barriga, y pensé que te habías movido mucho, y no podía dormir, pero me dijo que no, que tu habías estado muy tranquilita toda la noche, que te habías portado genial, pero que ella había estado malísima, que estaba con vómitos y diarreas. Dice que durmió a trocitos, que cada poco se despertaba y tenía que salir corriendo al baño. Pobrecilla, si no es una cosa es otra, pero lleva un montón de tiempo sin descansar. La verdad que tenía mala carita, de cansada, de estar mala.

Me cambie, me metí en la cama, y estuve un rato hablando con mama, para intentar que se durmiera, pero fue imposible, ya supongo que estaba nerviosa, y al final, caí yo del cansancio. Al poco me desperté y mama no estaba en la cama, así que fui al salón a ver como estaba, y cuando me asome, estaba dormida, además, bien dormida, y no quise despertarla, así que sin hacer ruido, me fui otra vez para la cama.

A las cuatro me llamo mama, y me dijo que estaba la abuela Pepa en casa, que había tenido que llamarla, porque la mañana fue parecida a la noche, y que estaba agotada, y sin fuerzas, y que no quería despertarme a mi, pero tampoco se atrevía ha estar sola en casa. La abuela había echo la comida, había echo pasta, así que almorzamos los tres. Mama parece que se encuentra mejor, por lo menos, desde que yo me levante y hasta que me he venido al trabajo, ni ha vomitado, ni ha tenido que ir al baño, así que esto es un virus de 24 horas, que temo que me ha pegado a mí también, porque esta noche tengo más frio que un perrito chico.

Después de comer, la abuela y yo recogimos la mesa, y cuando estábamos terminando, llego Iván, el amigo de tita Amalia, que venia a montarnos el mueble del cuarto de baño. Mama se quedo con la abuela en el salón, mientras mama veía la tele, lacia perdida, la abuela plancho la ropa que teníamos para la plancha, y yo estuve con Iván, hasta las siete casi, montando el mueble. Ha quedado chulísimo, supongo que será el mueble que estas viendo ahora en casa, porque no creo que lo cambiemos en un tiempo. Cuando se fue Iván, la abuela y yo bajamos las cosas, y compramos pollo para mama, y esperamos al abuelo, que cuando vino, me ayudo a terminar de montar el espejo del mueble, porque solo es imposible.

Cuando se fueron, mama se dio una ducha, y yo me duche también, y ella no quiso cenar, así que yo me comí otra lasaña. Hemos visto la voz, y a las once y media me vine al trabajo. Por cierto, nos llamaron del hospital, y al final, la eco no es el viernes es el miércoles, así que en un par de días, vamos a volver a verte. Hasta mañana mi niña.

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